Sunday, October 18, 2015

Eduardo Houellemont, MA

Terapia para la recuperación de trastornos adictivos y conductuales, a cargo del lic. Eduardo Houellemont, psicólogo clínico y terapeuta en todo tipo de trastornos.


Ofrecemos la alternativa de recibir ayuda en forma de consejería, acompañamiento individual e internamientos, para superar tus situaciones .

El primer paso es la admisión de tener un problema y buscar ayuda profesional. Al acercarte a nosotros podremos establecer un diagnostico y diseñar un plan de tratamiento adecuado.

Estamos ubicados en el 3to nivel de Plaza La Francesa, local 345.
Para hacer una cita, llamar al 829-708-1111 de 9:00 am 1:00 pm y de 2:00 pm 8:00 pm, lunes a viernes o, fuera de horario laboral, al cel. 809-901-8063.


SOBRE ADICCIONES Y EL ETERNO "BEBE REY" (O REINA)

La palabra clave para entender la personalidad adicta, la de aquel o aquella persona que en algún momento de su vida llega a depender de sustancias psicoactivas (alcohol, marihuana, tranquilizantes, inhalantes, etc.) es la de INMADUREZ. Esta es una característica tanto del hombre como de la mujer adicto-a, y tiene sentido reconocer que durante toda su vida tendrán que luchar en contra de esta peculiar forma de ser o lo que es igual: su inmadurez. La inmadurez siempre será un obstáculo para que logren vivir sobrios y libres de la influencia de las drogas. Se puede abandonar la bebida, hacer de lado la cocaína o la marihuana,cortar de tajo los tranquilizantes y borrar todo deseo de ingerir cualquier sustancia psicoactiva, pero es no va a garantizar tranquilidad, ni paz ni sobriedad, ni vida satisfactoria, ni mejoría en nuestras vidas. Aun mas, podemos conocer y practicar los programas de los doce pasos (A.A. y N.A.), tener la aceptación de la enfermedad, haber sufrido en carne propia lo que significa la verdadera derrota y finalmente caer en cuenta de que hay un enemigo interno que va a impedir el crecimiento tan necesario para cada adicto, tan divulgado y ofrecido en los programas de los grupos de autoayuda.

¿CUAL ES EL ENEMIGO INTERNO? Hay que descubrir de manera sencilla y paulatina, la naturaleza exacta, los alcances y proporciones de un enemigo que se lleva a cuestas y que es un compañero indeseable, así que no te tome por sorpresa. ¿Una persona que no sabe agradecer lo que recibe de los demás, aunque sea compañía o amistad, será inmadura?

RESPUESTA: Por supuesto que si. Y así podemos seguir, la lista puede resultar interminable y también aburrida. Lo importante aquí es descubrir los signos de inmadurez, es decir, todas aquellas características y rasgos de la personalidad que por alguna razón nos hace sentir y conducirnos como niños a pesar de ya no serlo; podríamos concluir que la inmadurez es un conjunto de sentimientos, emociones y actitudes que no concuerdan con la edad que se tiene. La sociedad en la que vivimos espera que nos comportemos de acuerdo a la edad  que tenemos y si por ejemplo, tenemos 15 años ya no somos niños y no debemos comportarnos como si lo fuéramos. Nuestra familia, amigos, compañeros, esperan de nosotros conductas adecuadas y acordes a la edad que tenemos. Cuando no respondemos como se espera que lo hagamos, podemos ganarnos con todo el derecho el apodo de "inmaduros". Esto significa que no hemos crecido emocionalmente y una parte de nuestra personalidad se quedo trabada, no se desarrollo, ya no siguió creciendo al mismo ritmo y velocidad que nuestro cuerpo, y como pasa con todo en este mundo, este crecimiento truncado trae como consecuencias ciertos costos que hay que pagar por ello, pero también ciertos beneficios o ganancias. 

SU MAJESTAD EL BEBE. Desde antes de nacer, el bebe esta rodeado de comodidades y atenciones: normalmente la madre responsable se cuida para que su producto este protegido, el padre también lo cuida dando seguridad, ternura y los cuidados necesarios. Los dos aman con pasión al nuevo ser y lo colman de atenciones para que su vida prenatal se inicie bien. Podemos decir que la pareja se olvida de si mismo para poner su atención en el ser que se esta formando, volviéndose el centro de atención de sus vidas. Eso es normal y es lo que se espera que haga toda pareja de padres. El bebe por nacer acapara aun sin saberlo, atención, sueños, esperanzas y deseos. Los padres esperan que nazca saludable, sueñan que llegue a ser un gran hombre o una gran mujer, desean lo mejor para ella y para él, y al hacerlo se olvidan de si mismos en una entrega casi absoluta, dando lo mejor de si para preparar lo que será el Rey o Reina del hogar. Esto es muy claro con el primer hijo, pero la misma experiencia se repita con los que sigue, si los hay, así se espera que sean los padres, y generalmente así son. Tiempo después llega el nacimiento, la alegría inmensa, la euforia que no cabe en la cara de los padres, y el recién nacido llora porque tiene que hacerlo para respirar, aunque algunos han llegado a pensar que llora porque empieza a extrañar el vientre materno tan cómodo, tan calido, tan seguro, tan protector… Sin embargo, la protección va a continuar, ya que el niño no puede hacer nada por si mismo. Va a seguir existiendo la ternura de la madre, los cariños y todo lo que acompaña al recién nacido. No esta solo, no puede estarlo, no lo soportaría, se le satisface de inmediato cualquier demanda: hambre, sed, sueño, saludo, tranquilidad, compañía, seguridad. Lo que pide se le otorga al momento, como en los cuentos infantiles donde el rey pide, y todo el mundo obedece inmediatamente. Si no se le satisfacen sus necesidades, llora, se enferma, grita, esta intranquilo, y muestra su inconformidad de alguna manera. 

Esta manera de comportarse es normal en un niño. A medida que crezca va a aprender que sus necesidades no pueden ser satisfechas en el momento que el quiera, ni en el lugar que quiere, no con la persona que el desee. Va a ir aprendiendo que hay lugares en los que encontrara satisfacción a ciertas necesidades, que hay momentos para hacerlo y que existen algunas personas que pueden satisfacer muchas de ellas, pero no todas y no siempre, y no cualquier persona. Así va aprender que los alimentos se toman en la cocina o en el comedor, que hay lugares en donde la gente duerme, que en la habitación de los padres no pueden entrar con facilidad, que la casa de los vecinos no es suya. También aprende que aunque tenga hambre hay horas para comer, la noche es para dormir, y que si se siente mal puede acudir con sus padres para que lo atiendan, no con cualquier persona. A todo esto lo llamamos maduración. Después puede aprender que hay normas que debemos respetar, que hay un Dios, que hay ciertas cosas que nos e deben hacer porque son malas y que hay otras buenas que traen beneficios a los que las hacen. El rey de la casa, el bebé, empieza a perder privilegios y a ganar madurez, pierde dependencia, gana omnipotencia, y gana humildad. Puede moverse, hablar, pensar y hacer muchas cosas por si solo, sin ayuda de los padres. Todo esto es la madurez: perder privilegios, comodidad, perder la oportunidad de que otros hagan todo por nosotros y ganar capacidad de decisión, seguridad, autoestima y valor para enfrentar el mundo, la vida en general con todos sus compromisos, las necesidades personales que ya no las satisfacen los padres ni de forma inmediata, sino otras gentes y aprendiendo a esperar el momento adecuado, escogiendo el lugar y la persona o personas idóneas. 

ETERNO BEBE: CARACTERISTICAS. La persona inmadura o “eterno bebe” va a intentar de muchas maneras obtener lo mismo que el niño recién nacido, o aun mas, el que vivía en el seno materno, va a luchar por la misma seguridad que daban los padres sin hacer esfuerzo, si esto continua al ir creciendo esa protección empieza a ser sobreprotección. La persona crece físicamente, su cuerpo aumentó de tamaño y grosor, le cambia la voz, camina, hace travesuras, tiene amigos, va a la escuela, a la universidad, trabaja, se enamora, se casa y continua funcionando con los mismos sentimientos actitudes que tenia cuando era un bebe: Quiere que le satisfagan su necesidades “Aquí y Ahora”, sigue sintiéndose omnipotente y espera que a una señal o ante un gesto la gente entienda y le sirva. Los eternos bebés muestran una serie de características muy amplias y complejas. No tienen que poseer todas, pero es fácil reconocer algunas o muchas de ellas, vamos a señalar las más importantes;

1. Tienen una profunda necesidad de ser aceptados y muchas veces pierden su identidad al esforzarse por caerle bien a todo el mundo. 2. No soportan que se les critique ni que se les señale sus errores, inmediatamente se ofenden y se enojan con la persona que se atreve a señalarles algo. 3. Comúnmente son personas muy solitarias a pesar de que mucha gente los quiere y los busca. 4. Son muy quejumbrosos y acostumbran culpar a los demás por lo que les sale mal. 5. Juzgan la vida en términos absolutos y extremosos: O es negro o es blanco, o esta bien o esta mal. 6. Viven en el pasado y con mucho miedo al futuro. 7. Sueñan con grandes proyectos en su vida (amorosos, económicos, sociales, etc.), pero tienen una gran incapacidad para realizarlos. 8. Se obsesionan por el dinero y por las cosas materiales. 9. No toleran estar enfermos, ni que sus seres queridos sufran alguna dolencia o enfermedad. 10. Creen firmemente que las reglas, normas y leyes son para todo el mundo, no para ellos. 11. Muchas veces se vuelven adictos a las emociones fuertes, les gusta la vida llena de riesgos, y no están a gusto a menos que estén causando problemas a los que los rodean. 12. Tienen una muy baja capacidad para tolerar la frustración que les produce el que las cosas no salgan como ellos quieren. 13. Tienen capacidad para ser muy buenos actores y mostrar toda la gama de sentimientos y emociones posibles, sin vivirlos realmente. 14. De alguna manera tratan siempre de ser el centro de atención en cualquier lugar, incluyendo el hogar familiar. 15. Casi siempre sienten que sus padres trataron mejor algún hermano o hermana, y no a ellos. 16. Normalmente son impredecibles y no se sabe como van a reaccionar. 17. Tienen muchas dificultadas para expresar sus verdaderos sentimientos y una gran habilidad para ocultarlos o transformarlos. 18. Son muy celosos y posesivos. 19. Son muy sensibles para detectar los verdaderos sentimientos de los demás. No es fácil engañarlos. 20. Les desagrada aceptar y entender que sus actitudes tienen consecuencias sobre si mismos y los demás. 21. Aprenden poco o casi nada de sus propias experiencias. 22. No tienen metas claras en su vida y se les dificulta trazarlas. 23. Cuando tienen problemas, los niegan, les sacan la vuelta, o se burlan de ellos. 24. No saben esperar. 25. Normalmente son envidiosos. 26. Son egoístas. 27. Son crueles con las personas que más quieren. 28. Son dependientes de los demás y no les agrada aceptarlo. 29. Pregonan cosas sobre sí mismos que poco o nada tienen que ver con su realidad (que son muy valientes, sexualmente muy potentes, o cosas así). 

EL PROBLEMA CENTRAL. Las personas que son adictas o dependientes a una o varias sustancias psicoactivas sufren debido a su inmadurez, a causa del eterno infante, egoísta y demandante que lleva consigo. La inmadurez constituye un enemigo implacable y no obstante tienen que conocerlo a fondo si quieren derrotarlo, si quieren sobrevivir. Conviene insistir y subrayar que la inmadurez es un enemigo poderoso tan activo e incansable como un niño de 4 años cuya vitalidad no parece tener limites y cuyas demandas son tan grandes que nada ni nadie puede satisfacerlo del todo. Hay que recordar también que todos de alguna manera llevamos un niño dentro y ocasionalmente aflora y llega a mostrarse. Su exhibición sin embargo no dura mucho pues la mente madura de nuestra personalidad lo controla y consigue regresarlo a su lugar. Eso en circunstancias normales porque el caso contrario cuando una sustancia psicoactiva afecta nuestra personalidad, sucede un extraño fenómeno: La parte madura se debilita y la parte infantil adquiere con el alcohol o la droga, un poder casi absoluto, poder que emplea en reclamar el mal trato que se le dio; en exigir atención mediata y exclusiva; en manipular las culpas de quienes no tomaron en cuenta o de la manera en que él quería, en organizar su vida de acuerdo a los vaivenes de sus caprichos. Por ello se dice que en muchos adictos el eterno infante es consecuencia del efecto que la sustancia activa ejerce sobre la personalidad y que es ella lo que lo crea o lo hace nacer de ahí también que a medida que pasa el tiempo y aumenta el nivel de intoxicación, la madurez desparezca gradualmente, dejando el camino franco para que el eterno infante imponga sus absurdas e irracionales demandas e implante su reino de inmadurez, egoísmo, envidia y destrucción. Y lo más grave es que ese niño terrible ya no es del todo un niño: Tiene un cuerpo más fuerte y posee más conocimientos y habilidades de las que tenía en sus primeros años de vida. Su resistencia es también mucho mayor y regresa poderoso, seductor, inteligente y bello. Es así casi tan poderoso como un Dios. 

LAS DOS CARAS DEL ETERNO INFANTIL: La sustancia psicoactiva de la que el adicto depende, va a mostrar que el adicto tiene dos caras. Por norma general una oculta a la otra, es decir: Una es una máscara y la otra es real. Si el adicto se muestra débil o más seguro es que sea más fuerte. Lo mismo sucede con la seguridad, la ternura la confianza, en el fondo seguramente encontraremos todo lo contrario. Estas dos caras no las puede ver tan fácilmente el adicto, aún y cuando no esté intoxicado. Con el fin de protegerse de los demás y proteger su droga, el adicto va a crearse un personaje, una máscara que va a mostrar a los demás y que generalmente encubre exactamente lo contrario de lo que aparenta. Con ejemplos vamos a entender esto: 

EL POPULAR. Cara falsa.- Si soy agradable, atractivo, magnético y la crema de las fiestas, todo mundo va a querer ser mi amigo (a). Cara verdadera.- Realmente no soy atractivo, más bien feo (o fea) es muy cansado estarle sirviendo a todo el mundo. Al final se van a dar cuenta de todo. 
EL AUTORITARIO. Cara falsa.- Si me obedecen ciegamente y se dejan guiar por mi, yo les voy a enseñar como enfrentar y solucionar problemas. Cara verdadera.- Realmente no se mandar ni obedecer, tampoco me gusta hacer ninguno de estos papeles, pero prefiero que me obedezcan, que cumplan mis deseos sobre todo cuando se trata de que me consigan algunas sustancias. Me enojo fácilmente si no lo hacen. 
EL o LA AMANTE IDEAL. Cara falsa.- Nadie se me resiste, la gente del sexo opuesto esta irremediablemente a admirarme y desearme. Gran parte de mi atractivo consiste en que no los o las respeto y eso les gusta, si les pregunta dirán que como hombre o mujer soy lo máximo. Cara verdadera.- La verdad es que yo soy inseguro (a) con los demás, además de que soy incapaz de mantener una relación duradera y estable. A medida que pasa el tiempo, mi vida sexual se vuelve tediosa y nada gratificante tanto para mí como para mis parejas. 
EL O LA REBELDE SIN CAUSA. Cara falsa.- Siempre me gusta hacer las cosas a mi manera, no me agrada oír consejos de nadie. Las regla fueron hechas para los demás no para mí que soy tan diferente. Que a nadie se le ocurra decirme lo que debo hacer, eso me ofende y provoca que finalmente lo haga a pesar de que este prohibido. Cara verdadera.- Todo lo que me interesa es ser el centro de atención de los demás. Necesito quela gente me acepte y creo que solamente enojándose conmigo me toman en cuenta. 
LA VICTIMA. Cara falsa.- Me intoxico con sustancias porque de niño me trataron mal. Mi vida ha estado llena de sufrimientos y congojas, nadie me ha comprendido. Pobre de mí. Si muestras que tienes pena de mí, realmente me quieres. Cara verdadera.- La realidad es que confundo amor y pena; prefiero sufrir para que los demás traten de salvarme, que esforzarme en amor a alguien además casi todo el mundo muerde el anzuelo cuando ven a alguien que ha sufrido tanto, y quieren comprender los verdaderos motivos de mi adición. 
EL PERFECCIONISTA. Cara falsa.- No cometo errores, soy un excelente hijo, hermano, padre, madre, trabajador. Mi vida es ejemplar y la gente, mi familia debería de fijarse en mí e imitarme. En todo lo que hago, soy el mejor de eso no hay duda. Cara verdadera.- Mi perfección es tan grande y notoria que nadie se da cuenta. No soporto que nadie me gane ni que mi familia o mi pareja querían a otros más que a mí. 
EL SIEMPRE FELIZ. Cara falsa.- Como todo me sale bien en esta vida, en loas reuniones o fiestas a todo mundo divierto, siempre soy el alma de los bonches. Siempre me invitan para levantarles el ánimo. Todo mundo me quiere y admira mi bueno humor. Cara verdadera.- Siempre estoy esforzándome para mostrar que estoy libre de tensiones y depresiones profundas. No me agrada que me vean triste, tengo miedo de que me rechacen, aun que esto me cuesta mucho esfuerzo y me cansa. En realidad soy muy pesimista. 
EL DEMANDANTE. Cara falsa- A veces de manera muy clara y explícita con palabras y también con gesto obligo a la gente a satisfacer algunas de mis necesidades, muchas veces cosas triviales, relevantes pero yo quiero que me complazcan, si no lo hacen es prueba que no me quieren. Cara verdadera.- En realidad las cosas que hace por mí o para mí me satisfacen muy poco o casi nada porque no son necesidades, son puras demandas irracionales cuyo único objetivo es tener a las personas cerca de mí, no me gusta sentirme solo. 

EL COSTOSO ESPECTACULO DE LAS CARETAS. Tarde o temprano, según el caso, la gente que rodea al alcohólico o adicto se da cuenta del juego de las representaciones y termina por no prestarle atención; por no dejarse manipular; por rehuirle para no involucrarse. Si ama a la persona enferma, quizás se quedará a su lado, más aunque su afecto este bien cimentado muy a menudo termina por apartarse o cuando menos, por reducir su relación al mínimo. Muchos adictos afirman que el principal motivo u origen de su problema es o fue la soledad. Hay que ser cuidadosos con esta afirmación, la verdad es que ellos (as) mismos la provocaron empujando a la gente a alejarse. Esta soledad les sirvió en muchas ocasiones como excusa excelente para intoxicarse. Pero hay un momento en que el alcohólico o adicto siente el rechazo o abandono de sus seres queridos o de los que le rodean. Esto produce frustración, tristeza, enojo, resentimiento, etc. Constituyéndose como una excusa magnifica para beber o drogarse, surgiendo un círculo vicioso sin fin que obliga a pagar su precio muy alto por partida doble: Las drogas o el alcohol alejan a las personas queridas, y su lejanía constituye una excusa para seguir en la dependencia de sustancias. 

LA COMBINACION EXPLOSIVA Y MORTAL La soledad tramposa en la que el alcohólico y adicto se encierran, los va a privar de la calidez y la ternura de sus seres queridos que prefieren abstenerse de expresar sus nobles sentimientos y se vuelven fríos o distantes. El eterno infante necesita verdaderamente estos afectos básicos y va a proceder a buscarlos por otros lados, con otra gente, pero con idénticos resultados. La sensación de placer, confort, y alivio de su soledad los disfraza con el alcohol o drogas, cualesquiera que éstas sean. Con el tiempo este sentimiento de abandono, más la sustancia que entra al organismo resultara en una combinación satisfactoria para el eterno infante que recurrirá a la formula mágica que le llenara el vació interior que le atormenta. Al cerrarse el círculo, las consecuencias pueden ser fatales. 

AQUÍ NO PASA NADA El bebé, hasta casi los 4 años de edad, no tiene problemas, los padres se los resuelven y hasta adivinan los que podrían presentarse. Esto es un hecho real y necesario hasta cierto momento. Pero nuestro eterno infante que ya creció físicamente y que se intoxica con sustancias frecuentemente, también se va a comportar de igual manera Sus problemas no existen, la gente tiene la obligación de velar por él o ella, y arreglarse sus conflictos, solucionarle las tareas y obligaciones que le corresponden, o aquellas que se echó a cuestas por sentirse muy poderoso y capaz. Así y de manera insidiosa va desarrollándose la negación. 

EL TORTUROSO CAMINO DE REGRESO A medida que pasa el tiempo y que las intoxicaciones aumentan en frecuencia, la persona adicta al alcohol o a las drogas va involucionar, es decir, va a comportarse cada vez más como un adolescente o como un niño, según sea el caso. Su mente emprenderá un camino hacia el pasado, hacia la vida infantil, aunque su cuerpo y necesidad de intoxicarse sigan creciendo (es lo único que realmente evoluciona). No es posible que haya crecimiento o enriquecimiento de la personalidad si hay de por medio abuso o dependencia de alcoholo o drogas. Decimos que sucede lo contrario a las leyes naturales del desarrollo humano. Este camino de regreso en algunos casos ya no ofrece otra salida más que la destrucción total de la persona adicta. El tiempo que va a tomar en recorrerlo es desconocido. A algunas personas les toma algunos meses a otras muchos años, por desgracia no es un camino que se recorre solo (ya que el eterno infante, al igual que el niño no soporta la soledad), sino que se acompaña de personas queridas, cercanas, interesadas en salvarlo y que por estar emprendiendo esta lucha titánica de rescate se olvidan de sí mismos, sumergiéndose en el torbellino sin fin de esta enfermedad que no tiene fondo. 

EL TRIANGULO PERFECTO Abandonar la sustancia, asistir a juntas de grupos de autoayuda, A.A. y N.A. y el autoconocerse son los puntos básicos, los elementales y necesarios para encerrar al eterno infante en un lugar que no de tantos problemas (en lo mas recóndito de tu alma), y así facilitar el crecimiento al que nos empuja la vida. Si algún adicto no completa las 3 fases de este movimiento hacia la supervivencia, lo más probable es que no crezca. Se puede trazar uno solo de los ángulos y el resultado será siempre insatisfactorio. Hay gente que cree que el puro autoconocimiento va a salvarlo (este es un tipo de persona que se cree Dios), o que el solo hecho de dejar de beber o drogarse le va a permitir manejar su vida, también existe el que deja de usar su sustancia toxica favorita, asiste a los grupos de autoayuda pero no le interesa conocerse ¿Qué puede pasar si no se completa el triángulo? La respuesta es sencilla: la persona sigue deseando intoxicarse y por desgracia, lo hará tan pronto haya un problema que no pueda enfrentar o tolerar. Si realmente se quiere mejorar, vivir una vida mas tranquila y crecer en serio, es necesario completar el triángulo, cerrarlo, repasarlo día con día, sin treguas. Para esto de las adicciones no existe descanso ni excusa alguna. La compulsión, la necesidad imperiosa de volver a beber, a fumar marihuana, cocaína, a inyectarse, tomar o inhalar cualquier sustancia psicoactiva, es enorme, tiene la fuerza del mar embravecido y no es nada fácil detenerlo. Este triángulo es como una barca de salvación en donde protegerse o asirse cuando la tempestad arrecia. Una de las tres caras del triangulo es el que hoy nos ocupa: El conocerse a sí mismo. La tarea tiene que ser constante, volverse un hábito, practicarlo todos los días desde que amanece. En este lado del crecimiento hay personas capacitadas que pueden ayudar (sacerdote, consejeros, psicólogos, terapeutas, psiquiatras, etc.) señalando las caras de la inmadurez, en los grupos de autoayuda existen los padrinos. 

Resumiendo: Hay varias maneras de crecer, varios métodos, hasta aquí hemos mencionado tres muy concretos, cada uno de los cuales implica un esfuerzo no mayor que el de vivir bien. Si se decide a recorrer el arduo camino de regreso hacia la madurez – camino que no se recorre solo -, no olvide que este proceso estará lleno también de compañías calidas, afectuosas y compresivas. El alcohólico o el adicto activo que quiere dejar de serlo no esta solo. Siempre encontraran a su lado a un familiar o amigo capaz de entender el problema porque también sufre, y un Poder Superior que ama al hijo descarriado y lo perdona. En fin, el crecimiento es una obligación de cualquier ser vivo, es posible, no es una ilusión o una tarea que requiera esfuerzos sobrehumanos. Para el que quiere crecer siempre habrá una mano abierta, tendida muy cerca del remolino de la enfermedad y pisando tierra firme. Es sólo cuestión de pedir ayuda, lo demás poco a poco, irá apareciendo.

Thursday, August 27, 2015



Cortes y autolesiones caracterizan este trastorno que aparece en la adolescencia, también el consumo de drogas y relaciones torrentosas, conductas violentas y discapacidad social.

Sentirse vacío o abrumado por emociones muy intensas, con altibajos anímicos frecuentes, ataques de ira e incapacidad para relacionarse adecuadamente son algunos de los síntomas que experimentan quienes padecen un trastorno límite, el más frecuente de todos los que afectan a la personalidad.

La forma de resolver esas sensaciones intensas pasa en muchos casos por autolesionarse, haciéndose cortes, quemaduras o golpeándose. Con ello, quienes lo padecen, tratan de regular sus emociones, castigarse o expresar su dolor. Las primeras manifestaciones aparecen hacia la adolescencia, y se da en mayor proporción en mujeres.

Aunque no se puede diagnosticar el trastorno como tal hasta pasados los 18 años, esos síntomas ya apuntan a un desarrollo anómalo de la personalidad. El psicólogo Peter Fonagy, jefe del departamento de Psicología Clínica, Educativa y de la Salud del University College de Londres. Fonagy, que centra sus investigaciones en averiguar cómo la experiencia social temprana y el ambiente familiar influyen en el desarrollo de la personalidad, cree que durante la niñez pueden detectarse ya los primeros signos del trastorno límite y, lo más importante, actuar sobre ellos.

Problemas emocionales
Es bastante probable que podamos detectarlo mucho antes de que aparezcan los primeros síntomas e intervenir. Hay que prestar atención a los niños que tienen una combinación de problemas emocionales y de comportamiento. En particular, problemas con su sentido de identidad, en las relaciones interpersonales, de atención, o de hostilidad. Cuando se da una combinación de ellos aumenta el riesgo de desarrollar el trastorno límite. Identificando esos signos, se puede intervenir para que no sientan la necesidad de herirse o tomar una sobredosis, y evitar que el ambiente en casa esté crispado. Hay un gran potencial en la intervención temprana en este grave desorden de la personalidad, este trastorno es uno de los que mejor responde al tratamiento, si se detecta a tiempo.
Como en la mayoría de los trastornos psiquiátricos, se nace con una vulnerabilidad de origen genético. La vulnerabilidad se debe a que experimentan las emociones de forma muy intensa, a las dificultades para relacionarse con la gente, o para comunicar lo que sienten». Pero el detonante habría que buscarlo en el entorno, que puede modificar la forma en que los genes se expresan a lo largo de la vida.

Contexto social
El contexto social puede hacer cambiar la prevalencia. En países con gran diferencia entre ricos y pobres la prevalencia de este trastorno aumenta. En los países más homogéneos en cuanto a recursos, ya sean ricos o pobres, como Noruega o China, respectivamente, donde todos son iguales, la prevalencia es más baja. En estructuras sociales desintegradas el trastorno límite de personalidad es más común. Y cuando la gente siente el apoyo de una estructura social estable hay menos síntomas.

Además, las experiencias tempranas de abandono o violencia parecen actuar como detonantes para la aparición de este trastorno que afecta casi a un 2% de la población. El vínculo afectivo que se establece con las figuras de referencia materna y paterna en los primeros años también parece influir. Los estilos de apego inseguros o inestables aumentan el riesgo. Y el aprendizaje de esas primeras relaciones inadecuadas podría estar detrás del excesivo miedo al rechazo y al abandono que muestran las personas con trastorno límite.

En nuestro país es frecuente ver casos de adolescentes llevados a la consulta del psiquiatra o psicólogo por sus padres, que detectan autolesiones en sus hijos, estas manifestaciones son adaptaciones ante unos sentimientos que les sobrepasan y que les hacen sentir muy mal. Este trastorno es el más angustioso de todos los que afectan a la personalidad. No podemos hacernos una idea de la angustia que sufren estas personas.

En la frontera de la psicosis

De hecho, este trastorno de la personalidad está en la frontera o límite de la psicosis, por eso recibe el nombre de límite o «borderline», que le fue otorgado en 1938 por el psicoanalista Adolf Stern. El método de la «mentalización» para mejorar la regulación emocional, que tanto sufrimiento les genera es muy adecuado. La capacidad de las personas con trastorno límite para interpretar las intenciones de los demás está deteriorada. Es necesario ayudarles a interpretarlas de forma adecuada para que no las sientan como una amenaza: Es un enfoque diferente al que se utiliza para la depresión, la ansiedad o el TDAH. No hay que hacerles sentir que se es un experto que dice lo que deberían o no hacer. Es importante ponerse en su lugar y tratar de ver los problemas como ellos. Hay que enseñarles a pensar sobre lo que les ocurre (mentalizarse) pues por alguna razón, biológica o no, no lo hacen y perciben el mundo de forma diferente, lo que les causa dolor. Pensar sobre ello les ayuda a sentirse mejor.

Tuesday, March 17, 2015



Programa "Tiempo en Familia", Sábados 5:00 pm por Radio Sol 106.5 FM

https://soundcloud.com/tags/adolescencia%20y%20nuevas%20masculinidades

Monday, February 9, 2015

Mujeres y consumo de sustancias

¿Cuáles son las necesidades especiales de las mujeres con problemas adictivos o de abuso de consumo de sustancias?

El tratamiento del abuso de drogas específico según el sexo del paciente debe enfocarse no sólo en las diferencias biológicas sino también en los factores sociales y ambientales, ya que todos ellos pueden influir en las motivaciones para usar drogas, las razones para buscar tratamiento, los tipos de ambiente donde es tratada la persona, los tratamientos más eficaces y las consecuencias de no recibir tratamiento. 
Muchas circunstancias de la vida afectan a las mujeres de modo preferencial, lo cual requiere un enfoque de tratamiento especializado. Por ejemplo: las investigaciones han demostrado que el trauma físico y sexual seguido del trastorno de estrés postraumático es más común en las mujeres drogadictas que en los hombres que buscan tratamiento. Otros factores distintivos en las mujeres que pueden influir en el proceso de tratamiento abarcan cuestiones relacionadas con el embarazo y el cuidado de niños, la independencia financiera, autoestima, la victimización, la afectividad y la manera en que se relacionan con miembros del sexo opuesto.
Los especialistas necesitan comprender estas particularidades del género para poder ofrecer una atención adecuada. Las mujeres también necesitan espacios adecuados donde se puedan sentir seguras y compartir experiencias entre ellas.

Tuesday, January 27, 2015

Principios de tratamientos para la Adicción: Una guía basada en las investigaciones científicas.

Extraido del NIDA. NIDA o el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas es uno de los 27 institutos y centros que forman parte de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos.
Principios de tratamientos eficaces
1.     La adicción es una enfermedad compleja pero tratable que afecta el funcionamiento del cerebro y el comportamiento. Las drogas de abuso alteran la estructura y la función del cerebro, lo que ocasiona cambios que persisten mucho tiempo después de haber cesado el consumo de las drogas. Esto explica por qué las personas que han tenido problemas de drogadicción corren el riesgo de recaídas incluso después de largos periodos de abstinencia y a pesar de las consecuencias potencialmente dañinas.
2.     No hay un solo tratamiento que sea apropiado para todas las personas. Es de suma importancia lograr una combinación adecuada del tipo de ambiente, las intervenciones y los servicios de tratamiento con los problemas y las necesidades particulares de cada paciente, para que dicha persona logre el éxito final regresando a funcionar productivamente en la familia, el trabajo y la sociedad.
3.     El tratamiento debe estar fácilmente disponible en todo momento. Ya que las personas con problemas de drogadicción pueden tener dudas sobre si comenzar o no un tratamiento, es muy importante aprovechar los servicios disponibles cuando ellos indiquen que están listos para recibir tratamiento. Se puede perder a pacientes potenciales si los tratamientos no están disponibles inmediatamente o si no son de acceso fácil. Como ocurre con otras enfermedades crónicas, mientras más pronto se ofrezca el tratamiento en el proceso de la enfermedad, mayor será la probabilidad de resultados positivos.
4.     El tratamiento eficaz abarca las necesidades diversas de la persona, no solamente su problema de abuso de drogas. Para que el tratamiento sea eficaz, debe no sólo abordar el problema del abuso de drogas del paciente, sino también cualquier otro problema médico, psicológico, social, vocacional y legal que tenga. Igualmente, es importante que el tratamiento sea apropiado para la edad, sexo, grupo étnico y cultura de cada paciente.
5.     Para que el tratamiento sea eficaz, es esencial que el paciente lo continúe durante un periodo adecuado de tiempo. La duración apropiada del tratamiento depende del tipo y la severidad de los problemas y las necesidades de cada persona. Las investigaciones indican que la mayoría de los pacientes requieren por lo menos tres meses de tratamiento para reducir de forma significativa o detener el consumo de drogas, pero que los mejores resultados se logran con periodos más largos de tratamiento. La recuperación de la drogadicción es un proceso a largo plazo y con frecuencia requiere varios ciclos de tratamiento. Como sucede con otras enfermedades crónicas, puede haber recaídas en el abuso de drogas, lo que indica la necesidad de restablecer o ajustar el tratamiento. Puesto que muchas personas suelen dejar el tratamiento prematuramente, los programas deben incluir estrategias que comprometan y mantengan a los pacientes en tratamiento.
6.     La terapia individual y de grupo, además de otros tipos de terapia de la conducta, son las formas de tratamiento más comunes para el abuso de drogas. Las terapias de la conducta varían según su enfoque y pueden estar orientadas a dirigir la motivación que tiene el paciente para cambiar, brindar incentivos para la abstinencia, desarrollar habilidades para rechazar el uso de la droga, reemplazar actividades donde se consumen drogas por actividades constructivas y gratificantes, mejorar las aptitudes para resolver problemas y propiciar mejores relaciones interpersonales. De igual manera, la participación durante y después del tratamiento en terapias de grupo y otros programas de apoyo puede ayudar a mantener la abstinencia.
7.     Para muchos pacientes, los medicamentos constituyen un elemento importante del tratamiento, especialmente cuando se combinan con la orientación psicológica y otros tipos de terapia de la conducta. Por ejemplo, la metadona y la buprenorfina son eficaces para ayudar a los adictos a la heroína y otros opioides a estabilizar su vida y reducir el uso de drogas ilícitas. La naltrexona también es un medicamento eficaz para ciertas personas adictas a sustancias opioides y para algunos pacientes que sufren de dependencia al alcohol. Otros medicamentos para el tratamiento de la dependencia al alcohol incluyen el acamprosato y el disulfiram. Para las personas adictas a la nicotina, los productos de reemplazo de la nicotina (como parches, chicles o pastillas para chupar) o un medicamento oral (como el bupropión o la vareniclina) pueden ser componentes eficaces del tratamiento cuando forman parte de un programa integral de tratamiento de la conducta.
8.     El tratamiento de cada paciente debe ser evaluado continuamente y, de ser necesario, modificado para asegurar que se mantenga a la par con cualquier cambio en su condición. El paciente puede requerir distintas combinaciones de servicios y componentes de tratamiento durante el curso de su tratamiento y recuperación. Además de la orientación psicológica o la psicoterapia, el paciente puede necesitar medicamentos, servicios médicos, terapia familiar, instrucción para la crianza de los hijos, rehabilitación vocacional o servicios sociales y legales. Para muchos pacientes, un enfoque de cuidado sostenido, con una intensidad variable en el tratamiento según las necesidades cambiantes de la persona, es el que contribuye a mejores resultados.
9.     Muchas personas con problemas de drogadicción también tienen otros trastornos mentales. Como el abuso de drogas y la adicción son ambos trastornos mentales, a menudo se presentan concurrentemente con otras enfermedades mentales. Aquellos pacientes que presentan uno de estos trastornos deben ser evaluados para identificar si tienen algún otro tipo de trastorno mental. Cuando estos problemas se presentan simultáneamente, el tratamiento debe estar dirigido a los dos (o más) problemas, y debe incluir el uso de medicamentos si fuera necesario.
10.  La desintoxicación médica es sólo la primera etapa del tratamiento para la adicción y por sí misma hace poco para cambiar el abuso de drogas a largo plazo. Aunque a través de la desintoxicación médica se pueden manejar de forma segura los síntomas físicos agudos de la abstinencia y, en ciertos casos, allanar el camino para un tratamiento de la drogadicción eficaz a largo plazo, la desintoxicación por sí sola rara vez es suficiente para ayudar a los adictos a lograr una abstinencia duradera. Por esta razón, se debe exhortar a los pacientes para que continúen el tratamiento para la drogadicción después de la desintoxicación. Si la motivación y las estrategias de incentivos iniciadas cuando el paciente ingresó en el tratamiento se mejoran, es posible también mejorar el cumplimiento con el tratamiento.
11.  El tratamiento no tiene que ser voluntario para ser eficaz. Las sanciones o los premios provenientes de la familia, el ambiente laboral o el sistema de justicia penal pueden incrementar significativamente el número de pacientes que ingresan a los programas de tratamiento, el índice de permanencia en ellos y el éxito final de las intervenciones de tratamiento para la drogadicción.
12.  El uso de drogas durante el tratamiento debe ser supervisado constantemente, ya que pueden ocurrir recaídas durante el tratamiento. El hecho de saber que el uso de drogas se vigila puede ser un gran incentivo para los pacientes y puede ayudarlos a resistir el impulso de consumir drogas. El monitoreo también sirve como indicador temprano de una recaída en el uso de drogas, lo que puede indicar que es necesario reajustar el plan de tratamiento del paciente para que se adapte mejor a sus necesidades.
13.  Los programas de tratamiento deben incluir exámenes para el VIH/SIDA, la hepatitis B y C, la tuberculosis y otras enfermedades infecciosas, además de brindar una terapia especialmente dirigida a ayudar a los pacientes a modificar o cambiar aquellas conductas que los ponen en riesgo de contraer o transmitir enfermedades infecciosas. Típicamente, el tratamiento para el abuso de drogas aborda algunas de las conductas relacionadas con las drogas que ponen a las personas en peligro de enfermedades infecciosas. La orientación psicológica específicamente dirigida a reducir el riesgo de enfermedades infecciosas puede ayudar a los pacientes a seguir reduciendo o evitar comportamientos asociados al consumo de sustancias u otros comportamientos de alto riesgo. Asimismo, la orientación psicológica puede ayudar a los que ya están infectados a manejar su enfermedad. A su vez, el comprometerse con un tratamiento para el abuso de sustancias puede facilitar el cumplimiento de otros tratamientos médicos. Los pacientes pueden mostrarse renuentes a someterse a la prueba para detectar el VIH (y otras enfermedades infecciosas); por lo tanto, es primordial que los profesionales del tratamiento fomenten y apoyen las pruebas de detección del VIH e informen a los pacientes que se ha comprobado que la terapia antirretroviral altamente activa (HAART, por sus siglas en inglés) es eficaz para combatir el VIH, incluso en las poblaciones de personas con problemas de drogadicción.