Tuesday, January 27, 2015

Principios de tratamientos para la Adicción: Una guía basada en las investigaciones científicas.

Extraido del NIDA. NIDA o el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas es uno de los 27 institutos y centros que forman parte de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos.
Principios de tratamientos eficaces
1.     La adicción es una enfermedad compleja pero tratable que afecta el funcionamiento del cerebro y el comportamiento. Las drogas de abuso alteran la estructura y la función del cerebro, lo que ocasiona cambios que persisten mucho tiempo después de haber cesado el consumo de las drogas. Esto explica por qué las personas que han tenido problemas de drogadicción corren el riesgo de recaídas incluso después de largos periodos de abstinencia y a pesar de las consecuencias potencialmente dañinas.
2.     No hay un solo tratamiento que sea apropiado para todas las personas. Es de suma importancia lograr una combinación adecuada del tipo de ambiente, las intervenciones y los servicios de tratamiento con los problemas y las necesidades particulares de cada paciente, para que dicha persona logre el éxito final regresando a funcionar productivamente en la familia, el trabajo y la sociedad.
3.     El tratamiento debe estar fácilmente disponible en todo momento. Ya que las personas con problemas de drogadicción pueden tener dudas sobre si comenzar o no un tratamiento, es muy importante aprovechar los servicios disponibles cuando ellos indiquen que están listos para recibir tratamiento. Se puede perder a pacientes potenciales si los tratamientos no están disponibles inmediatamente o si no son de acceso fácil. Como ocurre con otras enfermedades crónicas, mientras más pronto se ofrezca el tratamiento en el proceso de la enfermedad, mayor será la probabilidad de resultados positivos.
4.     El tratamiento eficaz abarca las necesidades diversas de la persona, no solamente su problema de abuso de drogas. Para que el tratamiento sea eficaz, debe no sólo abordar el problema del abuso de drogas del paciente, sino también cualquier otro problema médico, psicológico, social, vocacional y legal que tenga. Igualmente, es importante que el tratamiento sea apropiado para la edad, sexo, grupo étnico y cultura de cada paciente.
5.     Para que el tratamiento sea eficaz, es esencial que el paciente lo continúe durante un periodo adecuado de tiempo. La duración apropiada del tratamiento depende del tipo y la severidad de los problemas y las necesidades de cada persona. Las investigaciones indican que la mayoría de los pacientes requieren por lo menos tres meses de tratamiento para reducir de forma significativa o detener el consumo de drogas, pero que los mejores resultados se logran con periodos más largos de tratamiento. La recuperación de la drogadicción es un proceso a largo plazo y con frecuencia requiere varios ciclos de tratamiento. Como sucede con otras enfermedades crónicas, puede haber recaídas en el abuso de drogas, lo que indica la necesidad de restablecer o ajustar el tratamiento. Puesto que muchas personas suelen dejar el tratamiento prematuramente, los programas deben incluir estrategias que comprometan y mantengan a los pacientes en tratamiento.
6.     La terapia individual y de grupo, además de otros tipos de terapia de la conducta, son las formas de tratamiento más comunes para el abuso de drogas. Las terapias de la conducta varían según su enfoque y pueden estar orientadas a dirigir la motivación que tiene el paciente para cambiar, brindar incentivos para la abstinencia, desarrollar habilidades para rechazar el uso de la droga, reemplazar actividades donde se consumen drogas por actividades constructivas y gratificantes, mejorar las aptitudes para resolver problemas y propiciar mejores relaciones interpersonales. De igual manera, la participación durante y después del tratamiento en terapias de grupo y otros programas de apoyo puede ayudar a mantener la abstinencia.
7.     Para muchos pacientes, los medicamentos constituyen un elemento importante del tratamiento, especialmente cuando se combinan con la orientación psicológica y otros tipos de terapia de la conducta. Por ejemplo, la metadona y la buprenorfina son eficaces para ayudar a los adictos a la heroína y otros opioides a estabilizar su vida y reducir el uso de drogas ilícitas. La naltrexona también es un medicamento eficaz para ciertas personas adictas a sustancias opioides y para algunos pacientes que sufren de dependencia al alcohol. Otros medicamentos para el tratamiento de la dependencia al alcohol incluyen el acamprosato y el disulfiram. Para las personas adictas a la nicotina, los productos de reemplazo de la nicotina (como parches, chicles o pastillas para chupar) o un medicamento oral (como el bupropión o la vareniclina) pueden ser componentes eficaces del tratamiento cuando forman parte de un programa integral de tratamiento de la conducta.
8.     El tratamiento de cada paciente debe ser evaluado continuamente y, de ser necesario, modificado para asegurar que se mantenga a la par con cualquier cambio en su condición. El paciente puede requerir distintas combinaciones de servicios y componentes de tratamiento durante el curso de su tratamiento y recuperación. Además de la orientación psicológica o la psicoterapia, el paciente puede necesitar medicamentos, servicios médicos, terapia familiar, instrucción para la crianza de los hijos, rehabilitación vocacional o servicios sociales y legales. Para muchos pacientes, un enfoque de cuidado sostenido, con una intensidad variable en el tratamiento según las necesidades cambiantes de la persona, es el que contribuye a mejores resultados.
9.     Muchas personas con problemas de drogadicción también tienen otros trastornos mentales. Como el abuso de drogas y la adicción son ambos trastornos mentales, a menudo se presentan concurrentemente con otras enfermedades mentales. Aquellos pacientes que presentan uno de estos trastornos deben ser evaluados para identificar si tienen algún otro tipo de trastorno mental. Cuando estos problemas se presentan simultáneamente, el tratamiento debe estar dirigido a los dos (o más) problemas, y debe incluir el uso de medicamentos si fuera necesario.
10.  La desintoxicación médica es sólo la primera etapa del tratamiento para la adicción y por sí misma hace poco para cambiar el abuso de drogas a largo plazo. Aunque a través de la desintoxicación médica se pueden manejar de forma segura los síntomas físicos agudos de la abstinencia y, en ciertos casos, allanar el camino para un tratamiento de la drogadicción eficaz a largo plazo, la desintoxicación por sí sola rara vez es suficiente para ayudar a los adictos a lograr una abstinencia duradera. Por esta razón, se debe exhortar a los pacientes para que continúen el tratamiento para la drogadicción después de la desintoxicación. Si la motivación y las estrategias de incentivos iniciadas cuando el paciente ingresó en el tratamiento se mejoran, es posible también mejorar el cumplimiento con el tratamiento.
11.  El tratamiento no tiene que ser voluntario para ser eficaz. Las sanciones o los premios provenientes de la familia, el ambiente laboral o el sistema de justicia penal pueden incrementar significativamente el número de pacientes que ingresan a los programas de tratamiento, el índice de permanencia en ellos y el éxito final de las intervenciones de tratamiento para la drogadicción.
12.  El uso de drogas durante el tratamiento debe ser supervisado constantemente, ya que pueden ocurrir recaídas durante el tratamiento. El hecho de saber que el uso de drogas se vigila puede ser un gran incentivo para los pacientes y puede ayudarlos a resistir el impulso de consumir drogas. El monitoreo también sirve como indicador temprano de una recaída en el uso de drogas, lo que puede indicar que es necesario reajustar el plan de tratamiento del paciente para que se adapte mejor a sus necesidades.
13.  Los programas de tratamiento deben incluir exámenes para el VIH/SIDA, la hepatitis B y C, la tuberculosis y otras enfermedades infecciosas, además de brindar una terapia especialmente dirigida a ayudar a los pacientes a modificar o cambiar aquellas conductas que los ponen en riesgo de contraer o transmitir enfermedades infecciosas. Típicamente, el tratamiento para el abuso de drogas aborda algunas de las conductas relacionadas con las drogas que ponen a las personas en peligro de enfermedades infecciosas. La orientación psicológica específicamente dirigida a reducir el riesgo de enfermedades infecciosas puede ayudar a los pacientes a seguir reduciendo o evitar comportamientos asociados al consumo de sustancias u otros comportamientos de alto riesgo. Asimismo, la orientación psicológica puede ayudar a los que ya están infectados a manejar su enfermedad. A su vez, el comprometerse con un tratamiento para el abuso de sustancias puede facilitar el cumplimiento de otros tratamientos médicos. Los pacientes pueden mostrarse renuentes a someterse a la prueba para detectar el VIH (y otras enfermedades infecciosas); por lo tanto, es primordial que los profesionales del tratamiento fomenten y apoyen las pruebas de detección del VIH e informen a los pacientes que se ha comprobado que la terapia antirretroviral altamente activa (HAART, por sus siglas en inglés) es eficaz para combatir el VIH, incluso en las poblaciones de personas con problemas de drogadicción.


Friday, January 9, 2015

El terapeuta narcisista

El terapeuta narcisista
...Cuando el terapeuta está demasiado centrado en sí mismo.

"Publicado el 15 de noviembre de 2013, por Marcos Banschick, MD. Compilado y comentarios adicionales por R. Gautier."

¿Qué hace que un terapeuta quiera ser terapeuta?
Si se piensa en ello, el papel del terapeuta es muy seguro. Se requiere que el paciente se abra completamente mientras el terapeuta elige cuándo compartir, confrontar o permanecer en silencio. Es una posición de poder , y uno se pregunta qué impulsa a alguien a asumir este papel semi-omnipotente, aunque ya sospechamos por qué...
Del mismo modo que la vida de nuestros pacientes necesitan exámenes, también debemos hacer lo propio en nosotros. Algunos terapeutas son muy narcisistas (pocos), algunos tienen rasgos narcisistas (muchos) y bastantes tienen una buena dosis de narcisismo saludable, que es una creencia positiva en uno mismo y orgullo por el trabajo que realizamos.
Los que nos dedicamos a esto, debemos creer que podemos dominar algo difícil (asumiendo los límites) y hacer una diferencia. Sin embargo, llevado al egocentrismo extremo, una persona narcisista sólo invierte en sí misma, en la exclusión de otros. El fin del juego para el narcisismo saludable es la competencia y el placer de un trabajo bien hecho. Mientras, el objetivo final de un terapeuta con un problema narcisista es la auto preocupación y la promoción sin fin.
Los buenos terapeutas reciben psicoterapia o tienen supervisión por muchas razones. Uno de los beneficios es que sabemos lo que se siente al estar en el sofá (o en la silla). Pero, tal vez un beneficio más importante es que tenemos una mejor idea de cómo podríamos dirigir inconscientemente a los pacientes hacia nuestras necesidades - en lugar de a las suyas (Exploración de la contratransferencia)
Las necesidades de los pacientes son lo primero. Esto es lo que nos hace profesionales. Suena fácil en teoría, pero no es tan fácil en la práctica.
Por el momento, la mayoría de los terapeutas son éticos, cuidadosos y competentes. Y sí, algunos tienen rasgos narcisistas, mientras que otros pueden ser obsesivos, ansiosos o gruñones. Ningún ser humano carece de defectos. Nadie es perfecto.
Un terapeuta narcisista puede tener alguno o más de las siguientes tendencias:
Necesita ser admirado.
Contesta el teléfono o manda/recibe textos durante las sesiones.
Se aísla en la sesión..
Usa su carisma para seducirle.
Se hiere fácilmente cuando se le afrontan errores.
Dice tener una relación "especial" con usted.
Cancela sesiones de forma caprichosa.
Difumina los límites y se aprovecha de alguna manera de ello.
La fabricación de un terapeuta:
Mire en cualquier profesión. Hay necesidades egoístas, como el afán de dinero que pueden influir indebidamente a cualquiera. La necesidad de ganar dinero, sentirse importante y ser querido son motivaciones de gran alcance. Un profesional competente tiene la habilidad para reconocer sus fortalezas y limitaciones, mientras que otros no lo hacen.
Irónicamente, muchas personas optan rápidamente por un terapeuta de una lista en las páginas amarillas, mientras que las mismas personas pueden pasar semanas investigando qué coche comprar. Por lo tanto, una vez escogido después de una concienzuda búsqueda, evalúe a su terapeuta, de la misma forma en que él le evaluará. Y, si ve signos de narcisismo, busque otro terapeuta. Si se trata de una cuestión menor, considere hacer frente a la terapeuta con sus preocupaciones. Los buenos le ayudará a sentirse a gusto. Los narcicistas mostrarán su desagrado cuando lo haga, además de probablemente hacerle sentir culpable o equivocado.
Muchos terapeutas llegan a la profesión con necesidades infantiles insatisfechas, lo que probablemente no es una sorpresa. Los terapeutas son personas de todos los ámbitos de la vida, y tienen antecedentes, como todos.
Puede que busquemos la superación de un trauma de la infancia a través de ayudar a otros que están sufriendo también.
O que tengamos una poderosa necesidad de ganar dinero con el fin de complacer a un padre exigente, lo que puede llevar a malas decisiones.
O podemos tener poca intimidad con amigos o amantes, y usar la terapia como un lugar para sentirse cerca de los demás, y sin embargo a salvo. Esto puede durar años.
Sin embargo, un terapeuta competente puede superar casi cualquier fondo, mediante el uso de su experiencia de vida para convertirse en una mejor persona. Tenemos que hacer un inventario de honestidad, y mantener limpio el paciente de nuestras propias necesidades. El éxito tiene que ver con la competencia, y la competencia es ayudar al paciente.
El terapeuta Abrumado:
La vida tiene sus altibajos - terapeutas incluido. Un profesional bien intencionado puede estar pasando por una crisis personal en el momento en que un paciente lo necesita más. En tiempos como estos, aparece una exigencia mayor de lidiar con esta situación. Los terapeutas estamos formados y sobre todo, somos conscientes de ello. Podemos recurrir al análisis de nuestras propias problemáticas identificadas con las del paciente para empatizar mejor. (El sufrimiento tiene algo que enseñar.)
Imagine que usted se machacó los dedos justo antes de hablar con su mejor amigo. Usted estaría pensando en su dolor, y no acerca de lo que le dice el amigo. Eso es normal. Por lo tanto, cuando un terapeuta pasa por un divorcio, o tiene una enfermedad en la familia o un problema financiero - cosas que pueden pasarle a cualquiera - hay preocupación. El dolor, ya sea físico o psicológico nos hace egocéntricos. Este es un momento peligroso en la vida profesional de un terapeuta, porque los errores pueden sobrevenir. El dolor puede hundirnos.
Sin embargo, con una buena formación y supervisión, la mayoría de los terapeutas pueden permanecer fieles a las necesidades de sus pacientes. La clave es reconocer nuestras heridas y recibir ayuda. A menudo, la debilidad nos hace más fuertes como nos lo recuerda la injusta naturaleza o la condición humana. Todos somos humanos, y podemos ayudar a otro ser humano en el dolor. Eso es un gran bien.
Divulgación de contenidos personales:
Por último, debemos conocer nuestras limitaciones y nuestras fortalezas. Hay un lugar para la auto revelación juiciosa en la consulta. Se puede utilizar para puntualizar algo importante del contenido del paciente o como forma de recordarle que está siendo entendido. Cuando se hace bien, la auto revelación puede ser tranquilizadora y facilita una mejor unión entre el terapeuta y el paciente. En este sentido, no debemos tener problema en compartir con nuestros pacientes elementos personales, siempre y cuando tengan el objetivo claro de ayudar al paciente. Así, podemos echar mano del humor o de anécdotas que ilustren cuán honestos podemos ser y cuán humanos somos.